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miércoles, 2 de marzo de 2016

REACCIONES FAMILIARES ANTE EL DIAGNÓSTICO DE #ALZHEIMER


El diagnóstico de una enfermedad como el alzheimer conforma una serie de reacciones cercanas que pueden variar en tiempo, modo y depende de la persona que las sienta de una forma extraordinaria. Al igual que nos sorprendemos lo diferentes que son las reacciones ante un duelo o cómo los pacientes de una enfermedad grave se toman de forma diferente el diagnóstico, las reacciones familiares ante el diagnostico de alzheimer son muy diversas.

He aquí algunas de las emociones que suscita el diagnóstico de la enfermedad en la familia :

Ira : cuando el diagnóstico hace que sintamos enfado hacia la situación, un enfado que se focaliza en todo y en nada, y que dirigimos en general hacia la “suerte” con la que nos ha tocado lidiar.

Sorpresa : cuando la familia, a pesar de los síntomas o a veces en una fase muy inicial, recibe el diagnóstico con absoluta incredulidad, habiendo barajado con anterioridad múltiples probabilidades, en ocasiones, como fruto de no querer contemplar la posibilidad que se trate de alzheimer.

Tristeza: mayoritario sentimiento que puede ir unido o no a otros, y que va jalonando (apareciendo y desapareciendo) en los ánimos de los cuidadores y/o familiares a medida que la enfermedad avanza.

Duelo anticipatorio : de él ya hablamos en un post anterior, es la elaboración de un duelo aun cuando el enfermo de alzheimer sigue vivo, porque se entiende que la persona, tal y como la conocemos hasta ese momento, ha desaparecido para nosotros, y un duelo también que se elabora antecediendo a la muerte real del enfermo, dado que la naturaleza de la enfermedad es incurable, degenerativa y progresiva. Este duelo nos prepara de alguna forma para lo que ocurrirá más adelante.

Tranquilidad ante la certeza de un diagnóstico : tras un largo peregrinaje médico, el carácter, a veces dudoso de los síntomas, unido a la incertidumbre de la familia por lo que puede ser, el optimismo ante el diagnóstico se presenta junto con la seguridad que nos da saber por fin qué le ocurre a nuestro familiar. La evidencia de un diagnóstico es también la tranquilidad que nos da poder presagiar qué va a ocurrir a partir de ese momento, aunque todos sabemos lo imprevisible de la enfermedad.

Desesperanza : cuando el diagnóstico nos deja hundidos, no vemos salida, no creemos que haya nada que pueda paliar la situación, y nos negamos a pensar que hay terapias farmacológicas y no farmacológicas que pueden ayudar a nuestro familiar a enfrentarse a la enfermedad y frenarla en la medida de lo posible.

Búsqueda desmesurada de información y/o soluciones : a esta reacción contribuye la excesiva información que hay en el mundo globalizado. Las redes sociales, la interacción con otras personas (a través o no de las redes), los foros de opinión y en ocasiones las curas milagrosas que constantemente se anuncian, ayuda a que los familiares se colapsen buscando información. Tener información es bueno, pero hay que saber discernir cómo de fiable es la fuente que nos la proporciona.

Negación : uno de los mecanismos de defensa por excelencia, es negar la situación que atravesamos, pudiendo buscar incluso argumentos que refuten pruebas médicas realizadas, en pro de la inexistencia del problema, en este caso, de la enfermedad.

Supresión: si encubrimos el diagnóstico ¿no existe? A veces la mente nos juega malas pasadas y nos hace creer que suprimir del escenario el problema hace que éste no exista. Un enfermo de alzheimer en fase inicial puede ser confundido con una persona despistada, con problemas de depresión dada su apatía y en ocasiones se pueden achacar sus comportamientos a nervios, estrés…etc. Esto haría que el problema subyacente no quisiera ser visto por los familiares, como defensa, de nuevo, al impacto que supondría el diagnóstico de la enfermedad.

Todas estas emociones, simultáneas o por separado son propias de las familias de personas recién diagnosticadas de alzheimer. En ocasiones, la falta de apoyo psicológico y de información hace que los cuidadores y personas cercanas al recién diagnosticado tengan sentimientos negativos o se sientan desprotegidos.

¿Conocíais vosotros la cantidad de reacciones por las que atraviesan los familiares de un enfermo de alzheimer al conocer el diagnóstico?

Podéis darnos aquí un
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